La propia imagen. SOCIEDAD.

La propia imagen de cada individuo, que es la que se refiere a aquella imagen basada en todo un sistema de ideas y sentimientos que vamos recogiendo y reuniendo durante nuestra vida, acerca de nosotros mismo. Por otro lado se encuentra la imagen corporal, que dentro del sistema de ideas, la percepción que tenemos de todo nuestro cuerpo y de cada una des sus parte, también se tiene en cuenta los sentimientos y pensamientos que tenemos de nosotros mismos y la influencia que recibimos a través de la experiencia por el modo de comportamientos.

Para poder conocer la construcción de la propia imagen conviene que se empiece a desarrollar desde la niñez, tenemos que tener en cuenta:
  • Conocimiento de sí mismo: conocimiento, ideas y creencias que tenemos sobre nosotros mismos.
  • Autoconcepto: características o atributos para descubrirnos a nosotros mismos.
  • Autoestima: valoración que hacemos del autoconcepto.
  • Estereotipo: forma de simplificar la realidad para poder identificar a una persona de una serie de característica del grupo al que pertenece.

El modo en que nos sentimos con nuestra imagen corporal influyen en la manera en que nos valoramos y por supuesto en nuestro malestar o bienestar, dependiendo del tipo de emociones y sentimientos que nos provoca.

Por otro lado la influencia que tiene la sociedad en nuestra imagen, centrándonos en la etapa infantil, ya que desde pequeños los niños son influenciados por la sociedad de forma indirecta, tanto las modas que los padres siguen y que repercuten en sus hijos como por ejemplo los juguetes o los colores de la vestimenta son ideas estereotipadas en ellos.

La educación sobre este tema, ya desde edades muy tempranos hasta la adolescencia, los medios de comunicación, la publicidad son una gran fuerza de influencia provocando momentos de debilidad emociona e inseguridades, incluso la presión social, las circunstancias en las que nos encontramos y la personalidad débil pueden desembocar algún trastornos, tales como la anorexia o la bulimia.




La clave es ser perfectos siendo nosotros mismo y no ser perfectos intentado parecernos a los demás.